Indonesia


Pocos lugares en el mundo abarcan tanta heterogeneidad como Indonesia. Desde el extremo noroccidental de Sumatra, hasta el extremo oriental de Papúa, se dibuja un sofocante caleidoscopio en forma de archipiélago con más de 17500 islas, sí, has leído bien, más de 17500, distribuidas a lo largo de más de 5000 km. Algunos datos más. Con 260 millones de habitantes es el 4º país más poblado del mundo. Sus 360 etnias profesan, oficialmente, 6 religiones y en su territorio se hablan más de 700 lenguas distintas. Se pueden desmontar tópicos argumentando que es el país con más musulmanes del mundo, aunque en nuestro imaginario colectivo probablemente lo identifiquemos con la silueta de un templo hinduista al anochecer, ¿o era budista?

Fotografía de viajes Indonesia Juan R. Pérez

Todo ello dibuja un maremágnum cultural y geográfico capaz de satisfacer los paladares viajeros más exigentes. Selva, orangutanes, asfalto, volcanes, ferries, templos,  playas, arrozales, dragones, hemisferio norte, hemisferio sur, más templos, alcohol, mitos, scooters, leyendas, antropología, australianos, lluvia, calor… estos son algunos de los ingredientes que puedes combinarlos a tu antojo hasta conseguir el menú viajero que desees. Demasiado para apenas 23 días. Demasiado incluso para toda una vida.

El viaje, como toda experiencia vital, implica tomar decisiones, transitar unos caminos en detrimento de otros. Si ya de por si siempre es complicado, en Indonesia, con esa infinidad de opciones,  cuesta decantarse por unas u otras alternativas. Mi ruta me llevó a entrar al país por Java. La isla más habitada y bulliciosa del infinito archipiélago alberga junglas, también de asfalto, como su capital, Yakarta, los icónicos templos de Borobudur y Prambanan o las chimeneas humeantes del volcán Bromo.

Fotografía de viajes Indonesia Juan R. Pérez

Con una combinación eterna de autobús, ferry y taxi puedes llegar al epicentro de la isla de los dioses, Bali. Lejos de los puntos más trillados de sol, surf y playa aún es posible descubrir una Bali a la que todavía le queda algún rastro de autenticidad. Ayuda para ello alquilar una moto y conducirla contando con una dosis adicional de precaución y paciencia. A cambio, no serás capaz de  contar todos los templos y ceremonias que encontrarás en tu camino, ni de descifrar todos los tonos de verde de los interminables campos de arroz que revisten gran parte de las laderas de la isla.

La tercera isla de mi ruta, Sulawesi, se retuerce en forma de “k” en el mapa. Flanqueada por la Línea de Wallace, en su parte interior está la región de los Toraja, un grupo étnico que ha hecho de su particular relación con la muerte su elemento más distintivo. Entre sus colinas escarpadas hay cuevas y árboles que son cementerios, poblados con casas cuyos tejados adoptan forma de barco y tienen lugar ceremonias funerarias eternas no aptas para estómagos sensibles.

Indonesia, demasiado para 23 días. Demasiado incluso para toda una vida.

(Haz «click» en la imagen para ver la galería completa).

 

Fotografía de viajes Indonesia Juan R. Pérez


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