Creo recordar que su nombre era Ángel. Siempre he tenido la habilidad, perfeccionada a la fuerza por el paso del tiempo, de ser un desastre para recordar los nombres. Por deformación profesional, y por vocación fotográfica, mi memoria sí es mucho mejor registrando detalles. Pregúntame por información superficial, qué tiempo hacía aquel día, o miles de datos superfluos que puedan surgir en una conversación trivial, pero nunca me preguntes un nombre. No te daré una respuesta correcta hasta haber errado o, irremediablemente, haber quedado mal antes, por lo menos, media docena de veces. Ángel, aunque oriundo de Oviedo, lleva muchos […]