Viajar a través de… una canción (I): The Trip (Still Corners)
Cine, música y literatura, un triunvirato que por sí solo puede definir una vida, justificar una existencia o simplemente hacer más llevadero un día a día demasiadas veces teñido de rutina y de quehaceres cotidianos. (Don) José Saramago decía que la felicidad tiene muchos rostros y que viajar era uno de ellos. Añádasele a todo lo anterior una cámara de fotos y ya tenemos los ingredientes necesarios para acercarnos, si eso es posible de algún modo, a esa meta inalcanzable a la que aludía (Don) José.
Si hace unos meses te hablaba de viajar a través de una película, pocas cosas como un buen libro o una buena canción, tienen esa capacidad de trasladarnos a otros lugares sin abandonar el sofá de nuestra casa. Particularmente, la música es un arte que, lo quieras o no, va a actuar de banda sonora, de telón de fondo acústico, en toda tu existencia. Siempre habrá una canción asociada, para bien o para mal, a más momentos vitales significativos de los que piensas. Basta un acorde, el inicio de una melodía, y nuestro cerebro se traslada como por arte de magia al lugar donde fijamos un recuerdo. Quizás solamente el rastro de un sabor o el de un aroma, tienen un poder de evocación tan potente como el de la música.
En este sentido, el viajar no es una excepción. A pesar de los cambios de formato y de soporte, pocas cosas se relacionan de modo tan directo con el viaje, como la música que nos acompaña durante el mismo. Ya bien sea simplemente para hacer más llevaderas las esperas y los tránsitos demasiadas veces eternos pero necesarios entre un lugar y otro, ya bien sea para generar una orgía de endorfinas mientras hacemos lo que más nos gusta, un listado de canciones puede ser el mejor compañero de viaje posible.
Esta expresión alcanza el súmmum cuando ese viaje es por carretera. Nada hay tan pretendidamente viajero como la idea de quemar kilómetros, sin rumbo fijo, por carreteras secundarias con una buena banda sonora de fondo. El cine, la literatura, la publicidad y, por supuesto, la letra de muchas canciones, han instalado en el imaginario colectivo popular esa idea del viaje por carretera como sinónimo de libertad, como la ventana perfecta desde la que asomarse a nuevos horizontes.
Still Corners es una banda de dream pop nacida en el año 2007 cuando Greg Hughes (compositor) y Tessa Murray (vocalista) se conocen por casualidad en una estación de tren en Londres. Con cuatro álbumes y más de diez singles y ep’s editados hasta la fecha, en el año 2013 lanzan su segundo trabajo de estudio, Strange Pleasures. La canción con la que se inicia el álbum no puede tener un título más premonitorio: The Trip (El viaje).
A lo largo de sus seis minutos y quince segundos de duración en The Trip las melodías oníricas de sintetizadores, guitarras y teclados, van acompañadas de una letra que habla por sí sola y que podría constituirse como un himno de inspiración viajera que refleja certeramente ese espíritu del que te hablaba anteriormente.
La aterciopleada voz de Tessa Murray nos susurra que ha llegado el momento de la partida («time has come to go»), nos invita a hacer las maletas («pack your bags») y lanzarnos a la carretera («hit the open road»), mientras los acordes de la canción nos van introduciendo en una melodía donde resulta imposible no imaginarse cómo los paisajes se suceden a medida que devoramos millas en el asfalto.
En The Trip aflora la idea, tantas veces repetida pero no por ellos menos cierta, del viaje como ese tránsito paulatino hacia una lejanía incierta donde más que el destino final, lo que importa es el camino. La transformación en banda sonora de la mítica cita de Jack Kerouac “nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente; teníamos mucho por recorrer. Pero no importaba, el camino es la vida”.
En plena era de la inmediatez absoluta, en la que el viaje entendido como tránsito se ha convertido en un engorro, en un mal necesario que cuanto más breve mejor y que nos encantaría solventar a golpe de «click» para pasar inmediatamente a consumir de modo compulsivo otra experiencia que subir a Instagram, la canción de Still Corners emerge como una invitación a abandonarnos al placer hedonista de viajar por el mero hecho de hacerlo, de recuperar ese extraño placer de acumular kilómetros indefinidos en forma de experiencias no planificadas, de captar la esencia misma del viaje como movimiento, como la única fórmula auténticamente genuina de moverse a través de un mapa alternativo, el que marque tu corazón sobre la marcha, en el aquí y en el ahora.
Porque sí Tessa, tienes razón, el viaje es lo que nos mantiene con vida.
Letra:
Das ganas de coger una mochila y salir por la puerta! Gracias por el blog!
Y eso mismo hay que hacer ;). Las gracias te las tengo que dar yo a ti por estar ahí.
Muy buena descripción y sentir
Gracias Giancarlo!
Justo es una de esas canciones que no puedo dejar de escuchar cuando hay un cambio drástico en mi vida. Me encantó la descripción, bello encontrar tu blog en mi viaje
Muchas gracias por tu comentario, por pasarte por mi espacio, leer y comentar. Disculpa la tardanza en la conestación. Abrazo!